top of page

Dos Mellizas Separadas

Jul 25

5 min read

1

16

1

Una Historia Ficticia Corta para mis clases de Castellano


(Image created with AI)


Los primer años

Era el año 1998. Emma y Martina acababan de nacer y veían la luz del mundo en una sala anónima del hospital San Jorge en Montevideo, cuando unas manos frías las separaron. Sus padres eran unos adolescentes de familias con mucha tradición, dinero y, más que todo, significancia política. Por eso, y debido a unas elecciones de gran importancia para las familias, las niñas tenían que desaparecer. Gracias a las conexiones de la familia de la madre de Emma y Martina, las niñas fueron enviadas en aviones privados a la provincia de Yucatán en México. Allí, vivirían dos vidas distintas.

Emma tuvo suerte; nació con los ojos de su mamá (azules) y tenía el pelo rubio. Mientras ella todavía estaba en el avión, su destino ya estaba decidiéndose para bien. Inmediatamente, cuando el dueño del orfanato de Yutacan, al que los familias querían enviar los dos, vio su foto, llamó a sus nuevos padres. Eran Sofía y Mateo, una pareja en sus treintas: él un abogado y ella una jefa en los negocios de su familia. Ellos habían intentado tener hijos propios durante unos años sin éxito. Aparte de sus trabajos, ellos eran de familias con mucha influencia y dinero, y por eso, el dueño les llamó inmediatamente.

Martina, desafortunadamente, nació con pelo y ojos morenos, algo común en México. En el orfanato ya había muchas niñas parecidas a ella. Por eso, aunque Emma ingresó en una casa buena con unos padres que la esperaban desde hacía mucho tiempo y sin ninguna carencia, Martina tuvo menos suerte y su destino era muy diferente al de su hermana. Ella era una de muchas, destinada a una vida sin dinero, sin amor y con una lucha diaria para sobrevivir. Ella nunca llegaría a entender lo que significa tener una familia, apoyo o el amor de los padres. Lo único que ella tenía eran los otros niños del barrio y del orfanato. Ellos eran su "familia" y parte del mismo mundo y destino que ella. Con los años pasaron, ellos tenían más en común con Martina que con Emma. En esta vida, nunca te preguntas por qué no tuviste más suerte; esa era la vida normal y no había nada que hacer para cambiarlo. Todos los adultos y otros niños estaban en la misma lucha. Pero eso no significa que ellos no supieran que había otro mundo. Hablaban muchas veces sobre una vida mejor y sobre "qué voy a hacer cuando tenga plata".

Así, las dos vidas se desarrollaron de forma independiente y en los dos extremos. Una hermana tenía todo lo que podía imaginar: iba a los mejores jardines de infancia, escuelas exclusivas y  universidades famosas. Emma podía viajar cuando quería, conocía el mundo, fiestas, golf, tenis, etc. Ella creció en la vida buena, estaba en los círculos correctos y podía disfrutar la vida en su juventud. Por el contrario, para Martina, la vida fue dura. Primero en el orfanato, su educación fue de menor calidad y el interés de los profesores significaba que Martina no aprendía nada. Para poder aprender algo, ella solo podía observar su compañeros y el mundo afuera. Cualquier opción para trabajar, ella la tenía que tomar y ya en la adolescencia trabajaba siempre que fuera posible.


El Encuentro

Si tú, la persona que está leyendo esta historia, te preguntas si ellas podían sentir que les faltaba algo, que existía otra parte de ellas en el mundo o en la misma ciudad, la respuesta es no. Sí, la probabilidad es grande de que en algún momento en esos 28 años de sus vidas, ellas estuvieron en la misma parte de la ciudad, el mismo barrio, calle o, quién sabe, incluso se cruzaron en algún lugar. Pero realmente las dos tenían su propia vida, no sabían de la existencia de la otra persona. Ellas no eran mellizas de dos padres adolescentes de Montevideo. Ellas crecieron: Emma, como la hija única de sus padres y sin nada que desear, aparte de un hermano. Y Martina, con todo por desear y solo sus hermanos del orfanato.

Así, sus vidas continuaron. Ellas ya tenían 28 años en el momento de que juego esa historia. Es el año 2026, el año de la Copa Mundial de Fútbol en Canadá, los Estados Unidos y México. Las dos, por una gran coincidencia, están en el palco del Estadio Azteca en la Ciudad de México. Para Martina una experiencia rara, para Emma algo diario. Están sentadas cerca, realmente al lado. La razón de su encuentro se llama César. Un chico del mismo orfanato de Martina y, por eso, uno de sus "hermanos" de crianza. Él fue uno de los pocos que pudo realizar sus sueños, sobre los que Martina y sus amigos hablaban en la adolescencia.

Él jugaba al fútbol y pudo escapar de la lucha. Por muchos años, él y Martina fueron mejores amigos y hacían todo juntos. Por eso, él quería que ella estuviera allí cuando tuviera su primer partido para el equipo del país. Martina obviamente no quería ir, pero al final, por la insistencia de César, aceptó. Por eso, ella está sentada en una silla más cómoda que su cama, con gente al lado que no conoce y con quien no tiene nada que compartir. Ella se siente más parecida a la gente que trabaja y sirve que a una invitada, y más de una vez quiso ponerse de pie y ayudar a la gente, solo para que las personas a su lado la miraran de forma rara. Mientras tanto, lo único de su mundo, César, está en la cancha, calentando para el partido. Él dijo que sería divertido y quería introducirla a sus nuevos amigos que eran de la familia dueña de su equipo en Yucatán, pero realmente, después de una introducción corta, ellos ya entraron a su mundo sin un lugar para Martina. De esta manera, Martina encontró a Emma y Emma a Martina.


Después del Encuentro

Ahora quizás quieres saber qué significo esa reunión en la vida de Emma. La realidad es que para Emma no fue algo importante. Cuando ella y César empezaron a salir, ella sabía que él tenía otra vida, pero a ella no le importó mucho. Desde el primer minuto, ella quiso introducirlo a sus amigos, a los campos de golf, los viajes con su familia a Italia y compartir con él su vida. Por eso, si existia una amiga de el con nombre Martina, a ella no le interesaba. Solo por César la encontró, pero no pensó en hacer más que eso. Y ella estaba contenta de que Martina tampoco hablara mucho con ella.

Por eso, este encuentro no cambió nada en sus vidas. Para Martina, fue un momento importante, pero poco a poco se convertira en una memoria distante. Para Emma, ver un partido en el palco solo fue una experiencia más. También la amistad de César y Martina se irá desvaneciendo con el tiempo. Como todas las personas que son de la pobreza y pueden escapar, César también evitará su vida pasada y poco a poco olvidará todas tus amistades del orfanato, incluida Martina. Así, las vidas de todos no van a cambiar y no va a ser un final feliz para nadie porque es una historia de la vida, no de nuestra fantasía y sueños.


Please leave some feedback if you like :)


Related Posts

Comments (1)

Javi
Jul 25

Eyy muy bueno! Vas mejorando tu español, pero aún falta un poco, ánimo!

Like
bottom of page